Obstáculos que Impiden el Logro de Objetivos en los Tratamientos.
agosto 09, 2020
Trastornos de la Conducta Alimentaria
Obstáculos que Impiden el Logro de Objetivos en los Tratamientos.
Falta de control de impulsos
Baja tolerancia a la frustración
Baja tolerancia al malestar
Pensamiento mágico
Baja Autoestima
Problemas de salud
Consumo de sustancias
Sobrevaloración del peso y figura.
La sobrevaloración del peso y figura, es darle más importancia al peso y la figura, que a todas las cualidades, habilidades y talentos que tiene una persona, se puede graficar el porcentaje de importancia que los pacientes le dan a su peso y figura, para tener evidencia de la minimización del resto de sus virtudes.
Esto genera que los pacientes sufran por no tener el cuerpo y la figura ideal.
La imagen corporal es la imagen mental que tenemos de nuestro cuerpo. Es la representación que nos hacemos del mismo. Es el dibujo imaginario de sus formas y su tamaño. Es cómo creemos que somos y nos vemos y es como creemos que nos ven los demás. Se forma desde nuestra infancia, a través de las sensaciones y a través de los diferentes cambios en las distintas etapas de nuestra vida. Hay momentos o etapas claves, donde a partir de los cambios corporales, cambia por lo tanto nuestra imagen mental. A medida que crecemos, en la pubertad, los cambios que se producen en el cuerpo, van transformando la idea que tenemos del mismo.
Cuando subimos o bajamos de peso, y nuestro cuerpo cambia, generalmente ocurre que no reconocemos nuestra imagen frente al espejo.
A las personas obesas, o con kilos de más, les resulta difícil acomodar la idea que tienen con lo que su cuerpo es en la realidad. Puede ser que se vean a si mismas más gordas de lo que son o, por el contrario, que no se reconozcan tan gordas como la balanza muestra. Están los que no se ven “tan gordos”. Aquí ocurre un mecanismo que se llama “negación”, es decir no se reconoce el cuerpo, ni lo que come. El progreso en estas personas, cuando inician un tratamiento es empezar a verse “gordas”, o cuando reconocen “todo lo que comían antes.
La tendencia a verse más grande o más gordo, generalmente tiene que ver con varias razones. Una puede ser el haber realizado repetidamente dietas, y por lo tanto no tener una dimensión real del cuerpo. También puede obedecer a la exigencia o la crítica permanente, lo que afecta la estima que una persona tiene con respecto a si misma, y la hace verse peor de lo que está.
Esto produce sentimientos de desvalorización y desprecio de sí misma, lo que generalmente lleva a seguir comiendo y aumentar más de peso y así el círculo se realimenta constantemente.
Cuando una persona ha bajado muchos kilos, puede ocurrir, que tampoco se reconozca delgada, o que se siga viendo gorda. Esto ocurre porque la IC, no se adecua al mismo tiempo que cambia el cuerpo. El proceso de incorporación de esos cambios, tarda mucho más tiempo hasta que se va acomodando la imagen mental.
La correspondencia entre lo que uno es y lo que uno cree ser, es decir, entre el cuerpo real y el cuerpo imaginado se va ajustando con los distintos cambios. Cuando una persona está excedida de peso, puede ser que no reconozca su tamaño real, hasta que se mira sorpresivamente a una espejo, o se ve en una foto, o en una filmación, o cuando va a comprarse ropa, y pide varios talles menos. Esto puede ser el disparador para comenzar un tratamiento. En el transcurso del mismo, irá trabajando con su imagen mental para acomodarla. A medida que se van reduciendo las medidas, es importante mirarse al espejo, para reconocer su imagen.
La IC no es una imagen estática, o permanente. No se construye racionalmente, es decir, no tiene un proceso lógico de formación. No influye en él la mirada de los otros, sino como creemos nosotros que los otros nos ven. En la imagen que tenemos de nuestro cuerpo influye la forma en que nos movemos, como caminamos, la postura corporal que adoptamos. Influyen las ideas que se nos fueron creando desde niños. Recuerdo una participante de un grupo, que cuando era chica le decían “gordita”, porque tenía la cara redonda, pero no tenía kilos de más. Esa persona creció pensando siempre que era gorda.
En los grupos, es importante trabajar la imagen corporal, a medida que se van bajando kilos y reduciendo medidas., esto favorece el ajuste progresivo de la imagen corporal.
Las personas gordas, como sabemos, tienden a no mirarse al espejo, ni sacarse fotos, solo lo hacen cuando empiezan a verse mejor, Trabajar la IC en los grupos generalmente crea resistencias, desde la simple propuesta de mirarse en un espejo, a hacer un dibujo de sí mismo, a jugar al juego de las sillas, o trabajar en un ensueño dirigido. El trabajo debe ser progresivo, e ir acompañando a la persona a que vaya tomando más confianza en sí misma y esté en condiciones de saltar esa valla, El trabajo del IC en grupo, permite también la confrontación con los otros, lo que produce la posibilidad de un ajuste aún mayor.
Hay muchas propuestas para el trabajo de la IC, el espejo, los modelos, la descripción de los otros, el trabajo con fotos, el ensueño dirigido, el juego de las sillas, el trabajo con arcilla, . etc.
Voy a detenerme especialmente en una propuesta que es el mapa corporal, la cual es una adaptación de “el mapa fantasmático corporal”, de Ana M. Fernandez.
En esta propuesta, es posible integrar en diferentes figuras superpuestas, lo siguiente:
La imagen actual
Las partes del cuerpo apreciadas y las rechazadas
Las sensaciones de placer y displacer.
La imagen deseada
Podemos señalar en el trabajo:
La mayor o menor distorsión de la imagen mental. La fragmentación, ocurre a veces que en el dibujo de la imagen actual, se dibujan solamente las partes gordas, se omite, por ejemplo la cabeza, los pies, los brazos. Es posible observar cómo “lo gordo tapa el largo de un brazo, por ejemplo.
La dificultad para encontrar partes que les gustan de su cuerpo, ya que la gordura encubre y abarca la totalidad del cuerpo. La gordura, invade el cuerpo sin posibilidad de discriminar o diferenciar entre lo lindo y lo feo. O aún lo lindo en lo gordo. “Todo es feo”, “nada me gusta” , “cómo me va a gustar algo de mi cuerpo si estoy gorda”
La equiparación de la idea y la sensación. Generalmente es difícil diferenciar entre la sensación de placer y la idea de que no me gusta. La dificultad para poder sentir aún en las partes que no les gustan. El rechazo a ser mirados o tocados en las partes gordas. El displacer unido a la idea de lo feo.
Las fantasías del “cuerpo ideal”, el deseo de un cuerpo totalmente transformado, obviando las posibilidades reales del propio cuerpo. Entonces aparecen figuras, donde se borran las caderas, los hombros se agrandan, los brazos se alargan. Las fantasías de un descenso de peso más allá de las posibilidades que brinda el adelgazamiento.
Cuando cada participante presenta su trabajo, las diferentes opiniones de los demás, contribuyen a integrar partes fragmentadas, que posibilitan mirar de otra manera, que ayudan a ajustar esa imagen descalificada y desvalorizada de sí mismo.
Cuando cada uno observa su propio trabajo, suele aparecer como signo la sorpresa, y surgen interesantes apreciaciones, que al ser concretizadas en el papel, permiten una toma de conciencia justamente por observarlo como si fuera una radiografía de cada uno. Dicha objetivación permite que ese cuerpo fragmentado y distorsionado pueda tener acceso a una integración mental.
Referencias: Liliana Krieger, Psicoterapia de la Obesidad. 2007.
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